El ser humano siempre busca la perfección. Si eres de las que se detiene delante del espejo y escruta su cara centímetro a centímetro buscando alguna imperfección, puede que en alguna ocasión te hayas parado a pensar que no te gusta demasiado tu nariz. Si es así, respira hondo y no te precipites porque las rinoplastias no tienen botón de rebobinar. Ahora te contamos te damos razones a favor y en contra.
Aunque no nos guste reconocerlo, existe un canon de belleza que por desgracia todas queremos cumplir. Estar delgada, tener un buen trasero, que nuestro pecho esté en sus sitio y por supuesto, que nuestra nariz sea recta, pequeña y de lo más mona. El hecho de que en Hollywood la rinoplastia esté al la orden del día, no es un factor que ayude mucho. Si una de las razones por las que operarte es porque comparas la tuya con la nariz de Blake Lively o Gisele Bündchen, ya te adelantamos que ellas pasaron por cirugía.
¿Por qué quieres operarte la nariz?
Analiza bien la causa. Es una decisión importante que debe ser reflexionada, ya que es irreversible. Es importante estar muy motivada. Las 2 principales causas suelen ser:
Por salud. Hay personas cuyo tabique está desviado y esto hace que tengan una mala respiración. Una malformación congénita consecuencia por ejemplo de un accidente también puede derivar en una situación muy molesta. En estos casos la operación es necesaria.
Es algo psicológico. Si tu nariz no es estéticamente bonita puede que estés acomplejada y no te sientas a gusto contigo misma y termines obsesionándote. Puede que creas que la rinoplastia sea la solución a todos tus problemas y que funcionará como un chute de confianza, pero la verdad es que el primer cambio debe de venir de dentro.
Buenas razones. La salud es el primer punto que siempre debes tener en cuenta antes de entrar en un quirófano. Si la intervención va a mejorar tu respiración u otro tipo de malestar, no lo dudes. Si llevas toda la vida arrastrando un gran complejo que te ha hecho ser introvertida y no estar segura de ti misma, un cambio en el reflejo del espejo que recibes cada mañana, puede hacer que te valores más y recuperes la confianza.
Malas razones. Si tu principal motivación es que te quieres diferenciar de tu hermana o que sueñas con tener la misma nariz que Jennifer Aniston… Párate a pensarlo. Si crees que por tener una nariz diferente vas a lograr ser más atractiva y los hombres van a hacer cola por estar contigo, lamentamos decirte que una rinoplastia no es la mejor solución. ¡Cuidado con estos caprichos! Mírate bien al espejo, ¿es realmente necesario?
Las reglas de oro
Infórmate bien.
Hay que estar bien informada para no confiarle tu nariz a cualquiera. Contacta con el colegio de médicos. Igual que contrastas a la hora de comprar por internet o irte de vacaciones, aquí el precio no es lo único importante. Acude a un buen profesional, pide presupuestos, opiniones, referencias… Ya sabes que con la salud no se juega.
La consulta
Consiste en contemplar una corrección con un resultado natural. El cirujano muestra fotos de pacientes ya operadas, para darte una idea precisa de la finalidad. Te hace fotos de frente, de perfil, y hace retoques. Es un diálogo, un intercambio en confianza para obtener satisfacción por ambas partes. Es muy importante conservar la armonía entre la frente, la nariz y la barbilla. Evita la nariz demasiado corta o demasiado fina si tu cara es ancha; y la nariz en trompeta si tienes la cara larga. Es cuestión de equilibrio.
La operación
La edad óptima para contemplar la operación es 18 años, momento en el que el crecimiento de la nariz se considera terminado. Antes, no vale la pena, porque esto obliga a contemplar retoques posteriores La intervención dura entre 45 minutos y 2 horas, según si se trata de modificar el tamaño o la forma. Es necesario pasar un día en la clínica después de la intervención.
El postoperatorio
La confianza y la paciencia no pueden abandonarte en estos momentos. Tras la operación pasarás entre 8 o 10 días con un enyesado. Pasados los días, podrás descubrir tu nueva nariz y tu nueva cara. Habrá un tiempo de adaptación, después de una preparación psicológica que habrás acordado dialogando con personas que han vivido esta experiencia o con un coach. Esto te cambia sin transformarte completamente. Eres la misma persona de siempre y a la vez otra, una mujer reconciliada su nueva imagen.
El veredicto y los consejos: Después de este cambio, te sientes más guapa y con ganas de empezar de cero. Tu nueva apariencia debe ir seguida de un cambio de actitud y un cambio en tu estilo.
Cambio de maquillaje: ahora, ya no es necesario retocarla con polvos correctores para marcarla o redondearla. Podrás forzar menos el maquillaje de los ojos o de la boca. Eso de centrar toda la atención en los ojos para distraer las miradas sobre tu nariz, es cosa del pasado.
Accesorios: A partir de ahora podrás llevar gafas de diferentes formas ya que encajarán de una forma distinta con tu cara.
Los errores
La corrección siempre es posible de acuerdo a las posibilidades y limitaciones. Infórmate con el especialista.
Fuente: enfemenino.com