El lipofilling (o lipotransferencia) es una técnica que consiste en quitar la grasa de una parte del cuerpo para colocarla en otra. Y es que la grasa subcutánea tiene varias características que la convierten en un tejido ideal para varios tratamientos. Puede emplearse como material de relleno y para aportar volumen.
El doctor Carlos Gullón, cirujano plástico de Clínica FEMM, explica que esta cirugía consta de dos pasos. «En primer lugar, se aspira el exceso de grasa de ciertas zonas corporales, como los flancos abdominales, mediante una liposucción. Después, esta grasa es tratada para eliminar impurezas y se recoloca en las regiones en las que deseamos conseguir más volumen».
Las principales zonas que les piden los pacientes son pecho, glúteos y pantorrillas. En el rostro son las ojeras, los pómulos y el surco nasogeniano. «Con el lipofilling también podemos rellenar ciertos tipos de cicatrices para mejorar su aspecto», comenta.
Los efectos de la operación se pueden observar claramente tras varias semanas, cuando ha desaparecido la inflamación y el organismo ha reabsorbido una parte de la grasa inyectada, algo que sucede en todos los casos.
El doctor Gullón explica que esta cirugía se realiza con anestesia local y sedación. «Solemos dejar al paciente hospitalizado un día. No resulta un proceso doloroso», afirma.
A lo largo de las semanas siguientes, insisten a los pacientes sobre la importancia de no fumar, ya que el tabaco disminuye la cantidad de grasa implantada que sobrevive en el organismo.
«También es importante evitar los grandes esfuerzos físicos durante el primer mes. Sin embargo, caminar es muy recomendable para la recuperación, ya que estos paseos ayudan al drenaje linfático y a la desinflamación de la piel».
El doctor suele recomendar a sus pacientes que sigan terapias postoperatorias. «Por ejemplo, en FEMM contamos con un protocolo de recuperación en el que combinamos la radiofrecuencia INDIBA, el drenaje linfático manual y la terapia con luz de Bioptron. Mediante diferentes sesiones de estos tres tratamientos conseguimos que el edema disminuya más rápido, acelerando el proceso de recuperación.»
Por otra parte, también indican a sus pacientes que utilicen protección solar en los hematomas.
Sobre la edad media de las personas que demandan este tipo de intervención, Gullón comenta que el rango de edad es amplio, debido a que las posibilidades del lipofilling son muy variadas. «Podemos encontrarnos con pacientes de más de 60 años, a los que el lipofilling les rejuvenece la cara al aportar volumen en zonas en las que lo han perdido por la edad, como los pómulos o el cuello».
Preguntamos también por los ejemplos más claros de esta práctica en mujeres conocidas, y el doctor responde que «probablemente la mayoría de las celebrities han podido recurrir al lipofilling, especialmente al facial, pues proporciona resultados similares a cualquier relleno conocido (como el ácido hialurónico), pero con las grandes ventajas de que es completamente compatible con cada paciente, al ser su propia grasa, y que sus resultados son duraderos en el tiempo, y con esto hablamos de años».
Pero ¿y qué hay de los peligros de la operación? Esta cirugía tiene algunos riegos poco probables, como el sangrado y la aparición de hematomas.
«Aunque es poco frecuente, pueden aparecer ciertas asimetrías, pérdida de sensibilidad en la zona y, en casos muy aislados, necrosis de la grasa. Por eso, tanto en el lipofilling como en cualquier otra cirugía estética, es necesario acudir a profesionales cualificados que utilicen los mejores métodos y seguir al pie de la letra las indicaciones del cirujano», apunta Gullón.
Por último, preguntamos si esta cirugía suele hacerse sola o si existe un kit habitual que incluya varias intervenciones al mismo tiempo.
«Por la manera en que obtenemos la grasa, el lipofilling y la liposucción son dos cirugías que suelen ir de la mano. Aunque en ocasiones la cantidad de grasa que necesitamos es muy pequeña, lo habitual es que los pacientes que nos piden una liposucción utilicen parte de esa grasa extraída para hacer estos retoques de los que venimos hablando», señala el doctor.
Comenta también que el lipofilling puede combinarse con otras cirugías como el aumento de pecho o el aumento de glúteo: esta inyección de grasa les permite una transición muy natural de la prótesis con la mama o el glúteo.
«También es habitual que combinemos lipofilling con blefaroplastia, es una gran opción para armonizar y rejuvenecer el rostro», concluye.
Fuente: El Español